lunes, 9 de abril de 2012

Abba

Buenas noches a todos,

Hoy me puesto las pilas para escribiros sobre un amigo, mi gran amigo. El,que inspira mis pasos y me cede continuamente su sabiduría. El, que me ha enseñado que soy el ser mas pequeño pero el mas querido y mas grande por su amor.

¿Os preguntareis de quien os hablo? Seguro que a muchos os suena. Para mi es el mas grande y todos los días me enseña con paciencia a ser como el. Me enseña todos los días lo que me quiere y aprendo de el a querer. Me acompaña en la soledad y guia mis palabras y actos.

Le he aprendido a llamar Padre porque confió en el. Porque se que nunca me abandona y que siempre me acompaña. Por el se tantas cosas y por el he aprendido a vivir y a querer la vida. El ha sido mi faro en momentos de tristeza y soledad y gracias a el he construido gran parte del edificio de lo que soy.

Ya se vosotros lo llamáis Dios, pero el que yo conozco es Padre, Papa. Es alguien cercano, no lo tenemos entre las paredes de las iglesias. Nuestro Dios ese al que le damos tan gran nombre es un tipo campechano, cariñoso y que nos quiere de todas las maneras inimaginables.

Hace tiempo que destruí las murallas que me separaban de el y cada vez disfruto mas estando con el y en su compañía. No solo es luz es el amigo que tenemos a nuestro lado siempre y es el que nos lo manda cuando lo necesitamos.

Que nadie piense que con mis palabras cargo contra instituciones. Cada uno libre de pensar lo que quiera y de actuar en consecuencia. Solo quiero afirmar con mis palabras que me he desvinculado de convencionalismo y de normas rígidas. He aprendido que todo se paga en esta vida y todo se aprende mientras se esta viviendo. Podemos quererlo comprender y engañarnos soñando en algo mas cuando lo podemos conseguir mientras vivimos.

Hacer planes de futuro, hacer planes para después de morir cuando no conocemos el otro lado es como querer conseguir soñar lo que queremos. No es posible tenemos que vivir nuestra vida en el momento. No vale esperar a después, ese después sera siempre demasiado tarde.

No podemos crecer en ser juzgados y menos querer ser juzgados por hombres. No hay hombres buenos ni siquiera entre los santos. El único santo es Padre y el nos lo enseña todos los días. Si queremos jugar con cartas marcadas y aun así ganar nos vamos a llevar una gran decepción.

Somos insignificantes y contamos con el gran amor del padre. Pero aun así queremos sobrepasarle. Soñamos con poderes inmensos, con controlarlo y no nos damos cuenta que todo eso lo dejaremos al morir. Somos dueños del mayor regalo; la vida y la mejor compañía del padre mas generoso y aun así nos creemos mas que todo lo que podemos recibir.

Escupimos a la vida, ignoramos a la gente, somos viles, crueles e insaciables. Pensamos en que podemos ir al infierno cuando lo creamos todos los días con pelos y señales en la tierra. Nos vanagloriamos y nos endiosamos. Pensamos que el poder nos hará mas grandes pero en la muerte todos somos iguales.

Vivimos en la obsesión de tener y no en la de disfrutar.

Aun seguimos siendo niños en pañales que no saben que hacer con todos los dones que le han sido dados. Padre intenta conquistar continuamente nuestros corazones pero los cerramos pensando que eso no nos traerá nada bueno.

Me encantaría que llegarais a conocer todos al Dios Padre que yo conozco y amo.