domingo, 20 de marzo de 2011

Palabras de otros

Estas dias estoy leyendo una compilacion de los pensamientos de Anthony de Mello. El era un jesuita pero diferente al resto, muy diferente. Fue un revolucionario en su epoca. Era alguien que se nutria de todo lo de su alrededor, un pensador diferente.

Por eso, y porque creo que son reflexiones muy buenas las que hace, quiero poneros una aqui.

"Sabed bien lo que quereis, decidlo y dejad a la persona a la que se lo pedis en plena libertad para decir si o no". Frase breve que es todo un tratado. Tony afirmo que asi era como el mismo habia avanzado en psicologia y espiritu a lo largo de muchos años.

Primero tengo que saber lo que quiero, es decir, permitirme a mi mismo ver que es lo que yo en el fondo quiero de veras; sentirlo claramente, admitirmelo a mi mismo y aceptarlo plenamente, sin reservas.

Despues manifestarle ingenuamente mi deseo a la persona de quien depende su cumplimiento, sin rodeos, sin rebajarme a suplicar y sin retraerme por timidez. Y al hacerlo asi, dejar enteramente libre a la persona para que haga lo que yo le pido o no; es decir, le hago saber claramente, y yo de veras asi lo siento, que me agradara mucho que haga lo que le pido, pero que no habra resentimiento alguno por mi parte ni represalia de ningun genero si se niega a darme gusto.

Ejercicio complejo y sano de conocimiento propio, libertad, humildad, sinceridad y valor. Todo eso se practica al emplearse una y otra vez en este delicado analisis. Y lo curioso es, insistia Tony, que la mayor parte de las veces que le pedimos algo concreto a una persona concreta, lo conseguimos.

Y si no lo conseguimos, no hemos perdido nada. Mientras que si que ganamos en todo caso en claridad de vision y firmeza de expresion. Tony adaptaba este principio al mismo discernimiento espiritual, diciendo en paralelo: "Si de veras quieres saber lo que Dios quiere de ti, antes enterate que es lo que tu quieres de el"

Palabras sabias, no creeis? Cuenta nos cuesta saber lo que queremos, cuantas veces delegamos en los demas nuestras decisiones. De esta forma tomamos las riendas de nuestra vida y de nuestras actuaciones.

Discusiones

Simple y llanamente no me gustan. No necesito imponer a nadie mi opinion, ni necesito que nadie me imponga la suya. Entiendo las diferencias de opiniones pero no necesito imposiciones a hablar con alguien. Esto puede conmigo.

Siempre me ha encantado escuchar. Puedo pasarme mucho tiempo escuchando, me encanta que la gente me transmita sus inquietudes y no se juzgar lo que me digan. Pero son sus pensamientos y son sus ideas y yo no tengo que necesariamente tener las mismas.

No todos tenemos la misma vision del mundo y aun asi pensamos lo contrario y queremos que todos vean con nuestros ojos. Y eso es imposible como que el otro sepa lo que nosotros pensamos. Ni es bueno ni es saludable.

A mi esto me quita energia. Esta falta de comunicacion, este continuo luchar me absorve energias y me deja muy mal. Lo considero algo innecesario, no se me parece que la comunicacion no es eso. Y aunque transmitamos penas el otro no lo debe de saber con pelos y señales.

Las penas de cada uno le son propias. Al final padecemos las mismas cosas pero seguro que las sentiremos de manera diferente y aunque fueran iguales seguirian siendo propias. Yo no quiero compartir mis penas para que el otro me quite mi carga.

Mi carga es mia y yo me la tengo que trabajar y quitar. Nadie debe ser dueño de nuestra pena porque si es asi el dominara nuestra persona. Yo no quiero que nadie me domine, ni quiero que nadie me haga sentirme mal.

Si rompo a alguien el corazon, lo siento no era mi intencion. Yo hago lo que es mejor para mi y para crecer. No lo hago con intencion de dañar. Quien encontrando algo mejor y que le llana mas no cambia? La respuesta es obvia.

El caso es que no voy a discutir, no voy a dejarme dominar. Lo podeis entender o no, es mi filosofia.