lunes, 31 de enero de 2011

Hoy toca ser feliz.

Ya vale por un momento de hablar de mi mismo. Seguro que si alguien es capaz de seguirme tiene que estar ya aburrido. Seguro que esta pensando que tio mas pesado no hace mas que mirarse al ombligo. JEJE. Puede ser, no lo se intento bromear con esta terapia de escritura que estoy realizando.

A mi la verdad me esta sentando muy bien. Poco a poco voy destapando demonios, expresando deseos y voy haciendome escuchar cosas que no me he querido decir e incluso esconder. Pero en estos momentos que dedico a meditar mientras escribo se cuando me quiero engañar y cuando me enfrento y me digo la verdad pura y dura.

Hoy por un momento quiero dejar de hablar de mi y de todos los problemas que me rodean. Ya es hora de admirar toda la belleza que me rodea y enseñarosla y dibujarosla por medio de las palabras. Algo espero que saldra. Un poco mejor o un poco a medias intentare expresar con humildad toda la belleza que nos rodea.

Desde el amanecer en la playa, ese renacer de la luz del dia. Ese timido despertar del sol que se produce todos los dias. Acompañado estos dias del hielo porque la noche clarea y nos regala un cielo estrellado precioso. Son dos fotos para guardar y que nos recuerdan los cuadros de naturaleza mas bonitos que podamos imaginar.

El verde de los montes que tenemos la suerte de ver todos los dias, reflejado en el azul del mar. Que se muestra bello y bravo en dia de mareas vivas. Aqui hace no mucho disfrutamos con toda la fuerza del mar chocando contra nuestras costas.¡Que espectaculo!

La brisa marina que recorre estos dias nuestra ciudad. Esa brisa que nos recuerda que somos  vecinos del mar. Esa brisa que con su frescor nos recuerda que estamos vivos. Esa brisa que acaricia nuestro peine y que hace vivas nuestras mareas. Brisa que mece las gaviotas encima de nuestra preciosa bahia.

Playas bañadas de ese mismo agua. Agua que se hace dueña y señora de la ciudad. Mar que se encrespa y sin miramientos reclama su espacio. Nosotros simples mortales le intentamos quitar a algo tan poderoso lo que le pertenece.

La belleza de poder convivir con todas las fuerzas de la naturaleza. Darnos cuenta que no somos mas que hormiguitas que los elementos pueden manejar a su antojo. Los mismos que nos embelesan nos pueden arrastrar. El mar movernos como hojitas y el viento zarandearnos como si nada.

Pero, que gusto da sentir como te acaricia el viento, te mece el mar. Como dejan tus pies las huellas en la playa, como te toca el mar. El sonido de las olas te hipnotiza, el susurro del viento que casi parecen palabras.

Esto solo escribiendo de la naturaleza. Si escribiera de la gente que me rodea me harian falta millones de lineas, millones de versos. Pero, lo dejare para otro dia.

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